Darwin Quinde Rivera recibió 12 latigazos tras reconocer falta de gestión municipal ante la comunidad
El burgomaestre provincial de Ayabaca, Darwin Quinde Rivera, habría sido sancionado por las rondas campesinas de su jurisdicción tras reconocer que no habría cumplido con los compromisos pactados con la población. El funcionario habría recibido 12 latigazos durante una asamblea regional, mientras intentaba justificar el retraso en obras municipales, señalando presunta irresponsabilidad de contratistas externos.
El pasado 6 de noviembre, Quinde Rivera habría asistido junto a sus regidores a la Asamblea Regional convocada para rendir cuentas sobre el avance de proyectos en la comunidad. Sin embargo, el evento habría tomado un giro inesperado cuando el representante de la Ronda Campesina Provincial de Piura anunció que el alcalde sería sancionado moralmente por el pueblo.
Ebelio Yacsahuanca, presidente del gremio rondero de Ayabaca, declaró que el alcalde no habría cumplido con el compromiso firmado cuando era candidato. «Aquí, se habló con el alcalde que se debía trabajar en cuatro principales obras. La de un hospital, un mercado, trabajos de agua y saneamiento y, pistas y veredas. Todo quedó en acta», habría señalado Yacsahuanca.
Durante la jornada, dos regidoras de la Municipalidad Provincial de Ayabaca también habrían sido incluidas en la sanción física, la cual habría sido ejecutada por mujeres comuneras frente a los asistentes. Posteriormente, el alcalde habría manifestado que acudió al médico legista para interponer una denuncia contra los ronderos.
Alcalde deslinda responsabilidad de obras paralizadas
En declaraciones durante la asamblea, Darwin Quinde habría intentado desviar la responsabilidad de los retrasos en las obras municipales. «Yo no he robado al pueblo, yo no tengo por qué pedirle disculpas. Los errores han sido por otras personas que yo he contratado y no han cumplido. Pero esas personas, yo les he hecho una X. De aquí en adelante no van a tener el apoyo. Yo estoy cumpliendo, yo estoy aportando al pueblo en vez de robarle al pueblo», habría manifestado el burgomaestre.
Sin embargo, el funcionario también habría intentado justificar el castigo alegando un conflicto personal. Según su versión, los ronderos de la base Hualcuy lo habrían sometido al castigo por supuestamente no haberles prestado un equipo de sonido para un evento social. «Como persona natural decidí apoyarlos con una orquesta y un equipo de sonido para su celebración. Para ello, cancelé el 50% de ambos servicios, pero el equipo de sonido no llegó y eso los enfureció», habría comentado Quinde.
CUNARC respalda facultad de fiscalización de rondas campesinas
Flavio Flores, presidente de la Central Única Nacional de Rondas Campesinas del Perú (CUNARC), habría recordado que la Ley de rondas campesinas, Ley 27908, faculta a sus integrantes para fiscalizar el trabajo de las autoridades. Además, habría resaltado que el burgomaestre provincial no habría sido coaccionado a recibir el castigo, sino que habría sido por consciencia y voluntad propia.
Según Flores, Darwin Quinde no habría asistido a las reuniones organizadas por la comunidad de Ayabaca a pesar de las constantes citaciones. «Sacaban audiencias con la autoridad y cuando los pobladores llegaban, sus trabajadores le decían que no estaba. Era una burla», habría comentado el titular de la CUNARC.
El representante rondero provincial habría señalado que si el alcalde no se presentaba en la última asamblea, habrían convocado una marcha frente al palacio municipal solicitando su retiro del gobierno.
Este caso evidenciaría el ejercicio del poder de fiscalización que las comunidades campesinas mantienen sobre sus autoridades elegidas, en un contexto donde las obras inconclusas y el presunto incumplimiento de compromisos políticos generarían descontento en la población de Ayabaca.


