El vehículo tendria acumulado una deuda millonaria en infracciones de tránsito
Una escena de película se habría vivido esta mañana en el corazón de San Borja, cuando un conductor de transporte público habría optado por incendiar deliberadamente su propia miniván para evitar que las autoridades se la llevaran. El insólito hecho habría ocurrido durante una intervención de la Autoridad de Transporte Urbano de Lima y Callao (ATU) en horas de la mañana.
Según los reportes preliminares, el incidente se habría desencadenado alrededor de las 8:36 de la mañana en la intersección de las avenidas San Luis y Javier Prado Este, cuando fiscalizadores de la ATU habrían detenido la miniván durante un operativo de control. Al momento de la revisión, los inspectores habrían descubierto que el vehículo arrastraría una deuda astronómica: más de S/ 1.200.000 en multas e infracciones de tránsito sin cancelar.
Ante la inminente incautación de su unidad, el conductor habría tomado una decisión extrema: rociar el interior del vehículo con algún tipo de combustible y prenderle fuego en plena vía pública. Las llamas habrían consumido rápidamente la miniván, generando pánico entre los transeúntes y conductores que circulaban por la zona en ese momento.
La emergencia habría activado la respuesta inmediata del Cuerpo General de Bomberos del Perú, desplegando dos unidades especializadas al lugar del siniestro. Los bomberos, al llegar a la escena, habrían solicitado a todas las personas presentes alejarse del perímetro de seguridad debido al alto riesgo de explosión que representaba el vehículo en llamas.
Agentes de la Policía Nacional, específicamente de la División de Tránsito, junto con personal de Serenazgo de San Borja, habrían acordonado la zona para facilitar las labores de extinción del incendio y realizar las investigaciones correspondientes. El operativo habría convertido la transitada avenida en un verdadero caos vehicular.
Las consecuencias del incendio habrían sido inmediatas para el transporte público de la capital. La ATU informó que los buses del sistema Corredor Rojo se habrían visto obligados a desviar su ruta habitual, utilizando la Vía Expresa de Javier Prado como alternativa. El paradero San Luis, ubicado estratégicamente en el distrito de Ate, habría suspendido temporalmente sus operaciones hasta que la situación se normalice.
El congestionamiento vehicular habría afectado a miles de usuarios que transitan diariamente por esta importante arteria de la capital, extendiéndose desde las inmediaciones del Ministerio de Cultura hasta la altura de la Vía Expresa, causando retrasos significativos durante las horas pico de la mañana.
Este preocupante episodio pondría en evidencia la grave problemática que enfrenta Lima con el transporte informal y la falta de control sobre vehículos que operan al margen de la ley. La millonaria deuda en papeletas del conductor reflejaría años de infracciones acumuladas sin consecuencias, hasta que las autoridades finalmente lo habrían alcanzado.
Las autoridades continuarían con las investigaciones para determinar las responsabilidades legales del conductor, quien no solo habría intentado evadir la fiscalización, sino que habría puesto en riesgo la vida de cientos de personas con su temeraria acción.


