Arsénico y plomo habrían sido detectados en aguas subterráneas del río Rímac
El Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico del Perú (INGEMMET) habría encontrado niveles alarmantes de metales pesados en las aguas subterráneas de la cuenca del río Rímac, según revelaría su reciente boletín «Hidrogeología de la cuenca del río Rímac». Este estudio presentaría un mapa hidrogeológico que evidenciaría la presencia de arsénico y plomo en algunas fuentes de agua, lo que podría representar un grave riesgo para la salud de millones de limeños.
La investigación habría analizado 231 fuentes de agua subterránea, incluyendo manantiales, pozos y fuentes termales. Los resultados serían preocupantes: varias de estas fuentes superarían los límites establecidos por los Estándares de Calidad Ambiental (ECA) no solo para arsénico y plomo, sino también para aluminio, cadmio, hierro y manganeso, entre otros contaminantes.
Lo más alarmante sería que el acuífero aluvial del valle del Rímac, que se extendería hasta las cuencas de los ríos Chillón y Lurín, estaría siendo sobreexplotado desde los años 90. Este acuífero abastecería aproximadamente el 30% del agua potable de Lima Metropolitana, lo que pondría en riesgo directo la salud de millones de personas que consumirían diariamente este recurso posiblemente contaminado.
Según el informe, el acuífero ubicado en la planicie costera de Lima presentaría una alta vulnerabilidad y enfrentaría no solo la sobreexplotación, sino también el deterioro progresivo de la calidad del agua. Ante esta situación, el INGEMMET estaría advirtiendo sobre la urgente necesidad de implementar acciones técnicas de gestión integrada para proteger este recurso vital.
El estudio también señalaría la importancia de aplicar medidas como la recarga artificial de acuíferos, el aprovechamiento de aguas superficiales almacenadas en represas de alta montaña como Yuracmayo, y la racionalización del uso del recurso hídrico.
«A pesar del trabajo de muchas instituciones en la cuenca, la gestión del agua aún no estaría resuelta», concluiría el boletín, que además insistiría en que el conocimiento técnico debería integrarse en las políticas públicas para salvaguardar un recurso cada vez más presionado por la urbanización, la actividad industrial y el cambio climático.
¿Qué medidas estarían tomando las autoridades frente a esta grave situación? ¿Se estaría poniendo en riesgo la salud de millones de limeños? La ciudadanía exigiría respuestas claras y acciones concretas ante esta alarmante realidad que afectaría uno de los recursos más vitales para nuestra supervivencia.