La madrugada del 29 de mayo habría sido escenario de un nuevo ataque extorsivo que pondría en evidencia la crisis de seguridad que atravesaría el país
En la madrugada de este 29 de mayo, presuntos extorsionadores habrían detonado un artefacto explosivo en los exteriores del supermercado Vega, ubicado en San Martín de Porres (SMP). El ataque habría afectado no solo al establecimiento objetivo, sino también a un negocio cercano, evidenciando una vez más la escalada de violencia que estarían enfrentando los comerciantes peruanos.
La explosión habría ocasionado el desprendimiento de parte del toldo del supermercado y habría dañado la puerta metálica de un pequeño negocio vecino. Según las primeras investigaciones, los efectivos de la Policía Nacional del Perú (PNP) estarían evaluando si el ataque habría sido dirigido específicamente contra la Corporación Vega o si el negocio afectado habría sido el verdadero objetivo.
Los comerciantes de la zona habrían solicitado mayor presencia policial y la implementación urgente de medidas efectivas para combatir la delincuencia organizada que estaría azotando el país. La situación habría generado temor entre los empresarios, quienes estarían viendo cómo sus negocios se convierten en blancos fáciles para los criminales.
La propietaria del negocio dañado habría manifestado su sorpresa ante lo ocurrido, asegurando que nunca habría recibido mensajes extorsivos. «Yo vivo cerca. Cuando escuché una fuerte explosión, vine y vi lo sucedido. A mí nunca me han pedido nada. Ni un sol. Jamás. Me ha sorprendido lo que ha pasado. Me he asustado», habría declarado la afectada.
Este nuevo ataque se sumaría a la cadena de atentados que habría sufrido la Corporación Vega en los últimos días. El miércoles 28 de mayo, delincuentes habrían lanzado otro artefacto explosivo en las afueras del almacén de Vega en Comas, hecho que habría quedado registrado en las cámaras de seguridad del establecimiento.
Las autoridades habrían iniciado las investigaciones correspondientes y estarían recabando testimonios de testigos y personas afectadas para identificar a los responsables de estos actos terroristas que estarían sumiendo en el miedo a los comerciantes del país.
La escalada de violencia extorsiva habría puesto en evidencia la incapacidad del Estado para garantizar la seguridad de los ciudadanos y empresarios, quienes estarían quedando indefensos ante el accionar de las organizaciones criminales que habrían tomado control de diversos sectores comerciales.