Carteles con mensaje «Extorsión y sicariato nunca más» incluyen número privado que no responde llamadas
En la avenida Dallas, distrito de San Juan de Lurigancho, han aparecido múltiples afiches pegados en postes de alumbrado público y telefonía que exhiben fotografías de presuntos extorsionadores y sicarios. Los carteles llevarían el mensaje «Extorsión y sicariato nunca más. Vamos por ti» e incluirían alias como «Gordo», «Rachel», «Yusepi», «Negro» y «Panameño».
Los afiches estarían ubicados estratégicamente a lo largo de toda la avenida Dallas, específicamente cerca del patio de maniobras de la empresa de transportes Santa Catalina, que habría sido víctima constante de extorsiones en los últimos meses.
Lo más llamativo del caso es que cada afiche incluye un número telefónico particular (935 381 600) y solicita a la población comunicarse si tiene más información. Sin embargo, lo que resulta extraño es que no se indica en ningún momento contactar a las autoridades policiales o a la comisaría del sector.
Cuando nuestro equipo periodístico intentó comunicarse con el número que aparece en los carteles, la llamada no ingresaba, cortándose inmediatamente sin obtener respuesta alguna.
Los vecinos de la zona consultados manifestaron que desconocían la existencia de estos afiches, y muchos de ellos ni siquiera se habrían percatado de que estaban pegados en los postes de su cuadra. «No sabía que estaban estos carteles aquí», señaló uno de los residentes al ser consultado.
Por su parte, los transportistas de la empresa Santa Catalina habrían evitado dar declaraciones sobre el tema. Pese a que existe un resguardo policial en la puerta principal del patio de maniobras, los trabajadores del transporte, presuntamente por temor, habrían preferido mantenerse en silencio sobre este peculiar método de denuncia pública.
Las fotografías que aparecen en los afiches tendrían diferentes niveles de nitidez. Algunas serían imágenes ampliadas que dificultan la visualización clara del rostro, mientras que otras parecerían haber sido extraídas de redes sociales o fichas del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC), según se pudo observar en el recorrido por la zona.
Se contabilizaron aproximadamente diez afiches diferentes distribuidos a lo largo de la avenida, cada uno con fotografías distintas de presuntas personas vinculadas a actividades de extorsión y sicariato, aunque hasta el momento no existe confirmación oficial de las autoridades sobre la identidad o situación legal de los retratados.
Es importante recalcar que desde este medio no estamos asegurando que las personas que aparecen en dichos afiches sean efectivamente extorsionadores o sicarios. Únicamente estamos dando cuenta de que sus rostros están siendo exhibidos públicamente en estos carteles sin un aparente debido proceso legal.
Tampoco existe forma de determinar quién habría colocado estos afiches ni cómo habrían obtenido las fotografías de las personas que aparecen en ellos. La naturaleza del número telefónico privado que figura en los carteles, en lugar de canales oficiales de denuncia, genera interrogantes sobre la legitimidad y el objetivo real de esta acción.
Las autoridades policiales del sector no se habrían pronunciado oficialmente sobre estos afiches, y hasta el cierre de esta nota no se tenía información sobre si existiría alguna investigación en curso para determinar el origen de los mismos.
Si alguna de las personas que aparece en estos carteles considera que está siendo señalada de manera equivocada y que es inocente de las acusaciones implícitas, tiene todo el derecho de hacer la réplica correspondiente y presentar su descargo ante las instancias que considere pertinentes.
Este caso pone sobre la mesa una vez más la problemática de la inseguridad ciudadana que afecta gravemente al sector de transportes en Lima, y plantea interrogantes sobre hasta qué punto la población podría estar recurriendo a métodos de denuncia pública ante la percepción de inacción de las autoridades competentes.


