Más de medio millón de soles en pérdidas y familias sin sustento mientras las autoridades «investigan»
Señores, una vez más la inseguridad golpea donde más duele: en el bolsillo de los trabajadores. Durante la madrugada de este miércoles 3 de diciembre, 18 buses de transporte público quedaron completamente destruidos tras un voraz incendio en una cochera de Ate Vitarte. ¿La causa? Aún no hay respuestas claras, pero las versiones son contradictorias y preocupantes.
El siniestro se habría registrado aproximadamente a las 2:00 a.m. en un local ubicado en la avenida Húsares de Junín que funcionaba como cochera improvisada. Allí permanecían 30 buses de las empresas Etmimsa, Angamos y Etnassac S.A., que cubren la ruta Ate-San Isidro. Quince unidades del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú acudieron al lugar y tardaron dos horas en controlar las llamas.
La versión oficial que no convence a nadie
Según el coronel Henry Chingay, jefe de la División Policial Este 2, un vigilante del predio habría manifestado que el fuego se habría iniciado cuando uno de los buses que acababa de ingresar a la cochera se habría recalentado y explotado, desplazándose aproximadamente cinco metros y extendiendo el fuego a otras unidades.
Pero aquí viene lo que nadie explica con claridad: ¿Cómo es posible que una sola unidad genere semejante devastación? El jefe departamental de Lima Este, Carlos Malpica, señaló que los buses contenían diferentes tipos de combustible como GNV, petróleo y gasolina, lo que habría complicado la extinción del incendio. Sin embargo, esta información no aclara si se trataba de un accidente o algo más oscuro.
El detalle que enciende las alarmas
El parte policial revela un dato inquietante: el encargado de seguridad, quien no proporcionó sus datos personales, habría manifestado que escuchó una explosión dentro de uno de los vehículos antes del inicio del siniestro. ¿Por qué no dio sus datos? ¿Qué está ocultando?
Y como si eso fuera poco, el establecimiento operaba como una cochera improvisada en lo que antes fueron hornos de ladrillo. Contaba con una sola cámara de seguridad que, según la Policía, no estaba funcionando. ¿Casualidad? Ustedes saquen sus propias conclusiones, señores.
Trabajadores en la ruina: cada bus vale medio millón de soles
Los transportistas que llegaron al lugar quedaron devastados. Cada vehículo calcinado representa una inversión entre 400,000 y 500,000 soles. «Hemos perdido todo, no tenemos nada para trabajar. Nos hemos quedado sin trabajo, sin herramienta de trabajo, con deudas en el banco», expresó con impotencia uno de los afectados.
Mientras algunos transportistas descartaron que se trate de extorsión, otros no descartan que podría tratarse de un atentado intencional. Los peritos trabajan para determinar si fue una falla mecánica, un hecho fortuito o un ataque criminal. Pero mientras tanto, familias enteras se quedan sin sustento.
El patrón que se repite: ¿Hasta cuándo?
Este incendio no es un caso aislado. Apenas dos días antes, el lunes 1 de diciembre, dos buses de la empresa La Estrella SAC fueron calcinados en San Martín de Porres en lo que las pericias policiales señalan como un ataque de represalia. Un transportista había recibido un mensaje de WhatsApp de un extorsionador exigiendo alinearse con una organización criminal y proporcionando un número de Yape para el pago.
Miguel Palomino, presidente de la Asociación Nacional de Conductores, fue contundente: «Las extorsiones ya han llegado al límite. Los empresarios se sienten ahora vulnerados al denunciar, pueden ser atacados directamente o a su familia. Ahora están atentando contra los buses. Ya van más de cinco empresas que están siendo víctimas de incendios».
¿Un nuevo paro de transportistas?
Los gremios de transporte no descartan ir a un paro de 48 horas. «Vamos a ver qué medidas se van a tomar entre mañana y pasado, que vamos a hacer las reuniones, ya tendremos previsto seguramente alguna acción de fuerza», advirtió Palomino.
Walter Carrera, vicepresidente de la Asociación de Transportistas Nacional e Internacional, confirmó: «Es posible, dependerá del consenso de la mayoría. La advertencia está realizada».
Martín Ojeda, director de la Cámara Internacional de la Industria del Transporte, fue más directo: «No tenemos nada concreto. Pero demasiadas casualidades… Los delegados de los conos son los que deciden». Ojeda ya había advertido que los crímenes violentos afectan a tres de cada cuatro empresas de transporte urbano.
La pregunta que nadie responde
Señores, aquí está la verdad que molesta: mientras las autoridades «investigan», trabajadores honestos pierden su sustento, familias quedan en la calle y las mafias extorsionadoras operan con total impunidad. ¿Hasta cuándo vamos a permitir que esto siga ocurriendo? ¿Cuántos buses más tienen que arder para que haya respuestas concretas?


