Comisión de Constitución habría aprobado que parlamentarios hagan proselitismo político durante semana que debería ser para atender al pueblo
La Comisión de Constitución del Congreso, dominada por fujimoristas, habría aprobado una norma que les permitiría hacer campaña política abierta durante la semana de representación. ¿Se dan cuenta? La semana que supuestamente deberían dedicar a escucharnos, a nuestros problemas, ahora la podrían usar para hacer proselitismo político.
Con 15 votos a favor, 4 en contra y 3 abstenciones, estos señores congresistas habrían dado luz verde a una propuesta que realmente nos debería avergonzar como sociedad. La iniciativa, impulsada por el fujimorista Arturo Alegría, buscaría que los parlamentarios puedan «expresar, defender y promover las posiciones ideológicas, programáticas y partidarias» sin que esto se considere una falta al principio de neutralidad política.
¿Neutralidad política? ¿De qué neutralidad hablan si estarían usando recursos del Estado para hacer campaña?
La propuesta fue aprobada en la comisión que preside Fernando Rospigliosi, también de Fuerza Popular, y ahora incorporaría el artículo 25-A al Reglamento del Congreso. Según este nuevo artículo, los parlamentarios en ejercicio de sus funciones podrían «expresar, defender y promover las posiciones ideológicas, programáticas y partidarias, sin que ello constituya infracción al deber de imparcialidad y/o neutralidad».
Pero aquí está el problema, señores: la semana de representación fue creada precisamente para que estos congresistas salgan de Lima, vayan a sus regiones y atiendan los problemas reales de la gente. Fue concebida para el contacto ciudadano, no para que anden haciendo campaña con nuestros impuestos.
Los críticos de esta medida señalan que estaríamos permitiendo que los legisladores hagan campaña partidaria mientras ejercen funciones oficiales y reciben su sueldo del erario nacional. Es decir, nosotros, con nuestros impuestos, estaríamos financiando sus actividades proselitistas.
Los impulsores de esta norma argumentan que aplicar el principio de neutralidad política a los parlamentarios «acarrearía el menoscabo del principio de representación, el pluralismo ideológico y la libertad parlamentaria». Según ellos, se trataría de una garantía del sistema democrático representativo, no de un privilegio.
¿Privilegio? ¿Garantía democrática? ¿O simplemente otra forma de burlarse del pueblo peruano?
La realidad es que mientras el país atraviesa una crisis económica, mientras las familias peruanas luchan para llegar a fin de mes, estos señores congresistas estarían pensando en cómo facilitar sus actividades partidarias con dinero del Estado.
Esta es la clase política que tenemos, señores. Una clase política que no pierde oportunidad de beneficiarse a sí misma mientras el pueblo sufre. Y nosotros, como siempre, pagando la cuenta de sus privilegios.
