La exfiscal de la Nación habría acusado persecución y cuestionaría decisión judicial que la suspende por 24 meses
Señores, aquí tenemos otro capítulo del circo judicial peruano. Patricia Benavides, tras ser suspendida por 24 meses, no se quedaría callada y arremetería contra la fiscal Delia Espinoza en una conferencia de prensa que revelaría las contradicciones del sistema.
La exfiscal de la Nación habría denunciado que Espinoza «desobedeció» al no acatar lo que calificaría como una resolución irregular de la Junta Nacional de Justicia (JNJ). «La señora Espinoza no cumplió con la resolución de la JNJ que me restituía como fiscal de la Nación. Hay una desobediencia flagrante», habría declarado Benavides.
Pero aquí viene lo interesante, señores. Benavides habría cuestionado: «¿Cómo hace un pedido solicitando que se me suspenda como fiscal suprema y fiscal de la Nación?». Y tendría razón en preguntarse. Con 28 años de carrera, habría llegado a la cúspide para enfrentar lo que calificaría como «atropello contra sus derechos fundamentales».
«Por no someterme a intereses ajenos, recurren a este atropello», habría declarado la suspendida fiscal. Esta declaración revelaría que existirían presiones externas en el Ministerio Público que ella no habría aceptado.
Los abogados también apuntarían contra Espinoza
Christian Salas, defensor de Benavides, habría sido más directo al acusar a Espinoza de «politizar» su cargo. «Es totalmente absurdo que la fiscal de la Nación Delia Espinoza solicite la suspensión de la fiscal de la Nación Patricia Benavides«, habría señalado.
Salas habría descrito algo «sui géneris»: «Hemos visto a la doctora Espinoza atrincherada, prendiendo velitas, enviando mensajes sobre presuntos golpes a la democracia». Esta descripción revelaría un comportamiento que cuestionaría la seriedad del cargo.
El abogado Jorge del Castillo habría mostrado confianza en que la decisión se revertiría: «Estamos seguros de que se va a revocar», afirmó el excongresista aprista.
Señores, mientras Benavides acataría la suspensión pese a considerarla irregular, las contradicciones del sistema judicial peruano quedarían al descubierto. ¿Quién tendría la razón en esta batalla judicial? El tiempo y los recursos de apelación lo dirían.