La presidenta que engañó a 33 millones de peruanos ahora enfrenta acusaciones de falsificación de documentos oficiales
El cirujano plástico Mario Cabani habría destapado uno de los engaños más grandes de la historia presidencial peruana al enviar una carta notarial que desnuda las mentiras de Dina Boluarte. La presidenta no solo habría mentido descaradamente sobre su cirugía estética, sino que estaría involucrada en la presunta falsificación de documentos oficiales mientras abandonaba sus funciones.
La gran mentira presidencial
Mientras Boluarte miraba a los ojos de millones de peruanos asegurando que su intervención fue «necesaria por salud» y la comparaba con una «extracción de muela», la realidad habría sido completamente distinta. Cabani revela que se sometió a cuatro cirugías plásticas estéticas en su rostro, una intervención que duró 2 horas y 25 minutos con sedación completa. Una presidenta que mintió tan fácilmente sobre algo tan básico, ¿qué más nos habría ocultado?
Abandono total del cargo
Lo más grave: durante su hospitalización por vanidad personal, Boluarte no habría recibido una sola visita oficial y permaneció completamente aislada, sedada y «dormida» según confirma el médico. Mientras el país enfrentaba crisis y necesitaba liderazgo, ella habría estado recuperándose de cirugías estéticas que pagó con dinero que tardó casi dos años en cancelar.
¿Presidenta o falsificadora?
Las acusaciones más demoledoras llegan cuando Cabani revela que detectó «firmas con rúbricas distintas» en documentos que supuestamente firmó Boluarte. El médico tuvo que realizar exámenes periciales porque sospechaba que las firmas no eran de la presidenta. ¿Quién habría estado firmando por ella mientras estaba sedada? ¿Patricia Muriano? ¿Su «sombra»?
La pregunta que destroza su credibilidad: si estaba hospitalizada, sedada y sin recibir visitas, ¿cómo pudo firmar el decreto supremo del 29 de junio de 2023? La respuesta parece apuntar a una red de complicidad para ocultar el abandono presidencial.
Intimidación y encubrimiento
Como si mentir al país no fuera suficiente, Cabani acusa a Boluarte de intentar intimidar a los médicos para que guarden silencio. Una presidenta que usa su poder para amenazar a quienes conocen la verdad demuestra hasta dónde estaría dispuesta a llegar para proteger sus mentiras.
Más grave aún: se habría llevado su historia clínica original y no la devolvió, eliminando evidencias que podrían incriminarla. Una presidenta destruyendo pruebas, ¿no les suena familiar?
El desprecio por los peruanos
Mientras Boluarte se hacía cirugías estéticas por vanidad, familias peruanas luchaban contra la pobreza y la inseguridad. Mientras ella abandonaba su puesto por verse mejor, el país se desangraba esperando decisiones que nunca llegaron porque su presidenta estaba «dormida» por sedación.
La respuesta de su abogado Portugal es igual de despreciativa: califica las investigaciones como un «circo» y se niega a dar explicaciones. El mismo desprecio que Boluarte ha mostrado durante toda su gestión hacia quienes piden transparencia.
La presidenta que nunca debió serlo
Boluarte llegó al poder por accidente tras la vacancia de Castillo, y desde el primer día demostró que no estaba preparada para gobernar. Ahora sabemos que además de incapaz, habría sido deshonesta desde el inicio. Una presidenta que miente, abandona su cargo, presuntamente falsifica firmas y encubre evidencias, no merece gobernar ni un día más.