La presidenta peruana se consolida como la mandataria más rechazada en más de cuatro décadas de democracia
En dos años y medio de gestión, Dina Boluarte no solo habría fracasado en superar los niveles de popularidad con los que inició su mandato, sino que estaría marcando récords negativos históricos. La más reciente encuesta de Datum Internacional para El Comercio revela que la presidenta registra apenas un 3% de aprobación, cifra que la posicionaría como la mandataria más desaprobada desde el retorno de la democracia en 1980.
Los números son contundentes y devastadores. A nivel regional, la popularidad de Boluarte se desplomaría hasta un 2% en el norte del país, donde el rechazo alcanzaría un abrumador 96%. Por nivel socioeconómico, la situación sería aún más crítica: en el sector E, la aprobación caería a un histórico 1%.
El fenómeno trasciende cualquier segmentación demográfica. Boluarte estaría cumpliendo un año entero y consecutivo con una desaprobación superior al 90%, consolidando una tendencia que no tendría precedentes en la historia política peruana moderna.
La crisis de legitimidad se extendería a todo el Ejecutivo. Eduardo Arana, presidente del Consejo de Ministros, registraría un 78% de desaprobación tras asumir el cargo a mediados de mayo. Esta cifra representaría la desaprobación más alta registrada por un jefe de gabinete al iniciar su gestión en los últimos 15 años, según datos de la misma encuestadora.
Análisis político: Un gobierno sin capital político
El analista político Giulio Valz-Gen señala que si algo uniría a los peruanos en estos momentos sería el rechazo casi absoluto hacia la presidenta. «Su capital político debería ser cero, al igual que el de su primer ministro. Sin embargo, habría logrado sostener un gobierno en base al soporte que le daría el Congreso, rechazado también por casi todo el Perú», indica.
Para Valz-Gen, esta situación tendría implicaciones directas en el escenario electoral futuro. Los candidatos que emerjan apuntarían tanto a la presidenta como al Congreso, convirtiéndolos en el «enemigo» de todo aquel partido sin presencia en el actual Parlamento.
«Con esa desaprobación, la mandataria sería electoralmente radioactiva. Veremos con qué ánimos regresaría el Congreso en julio y si las bancadas que saldrían en búsqueda del voto cargarían también con la radioactividad de la presidenta», advierte el especialista.
Jeffrey Radzinsky, director de GFP Consultores, es categórico: Boluarte se habría convertido en la presidenta más desaprobada de la historia peruana, no solo por la cifra de rechazo sino por el tiempo prolongado en estos niveles críticos.
«Desde que hay estudios de opinión que miden la aprobación presidencial, sería la más desaprobada de nuestra historia por lejos. Ha permanecido un año y medio en un dígito, con cifras que nadie habría tenido en el Perú», explica Radzinsky.
El analista menciona que aunque podría ocurrir una mejora en el último tramo por un efecto comparativo con los candidatos en la contienda, igual sería la presidenta que se retiraría con mayor desaprobación de la historia. «Boluarte fue, sería y seguiría siendo una presidenta muy impopular y repudiada para la gran mayoría de peruanos», concluye.
Respecto a las cifras de Arana, Radzinsky indica que más allá de un análisis particular sobre su gestión, existiría un factor que pesaría en su contra: formar parte del gobierno que encabeza Boluarte. «Sería identificado como un cercano a Boluarte, que es una presidenta muy impopular principalmente por su frivolidad, sus mentiras y su distancia con la población», asevera.
