GobiernoMédicos del INCOR denuncian campaña de amenazas tras exponer crisis de equipamiento

Avatar photo Redacción CPD13 de diciembre de 2025

Video anónimo vincula con terrorismo al presidente del cuerpo médico que denunció deficiencias

Una campaña de amenazas, amedrentamiento y chantajes estaría siendo ejecutada contra los médicos del Instituto Nacional Cardiovascular (INCOR) de EsSalud que se atrevieron a denunciar públicamente la grave crisis de equipamiento que atraviesa el principal centro cardiovascular del país.

El doctor Yuler Abono Sánchez, presidente del cuerpo médico del INCOR, reveló que los galenos han sido víctimas de una escalada de presiones que incluye amenazas directas, intentos de descrédito institucional y la difusión de un video anónimo que lo vincula con Sendero Luminoso, todo esto tras hacer pública la crítica situación que pone en riesgo la vida de pacientes cardíacos.

Video difamatorio como táctica de silenciamiento

La forma más grave de presión denunciada es la aparición de un video anónimo que vincularía al Dr. Abono Sánchez con el grupo terrorista Sendero Luminoso. Este material habría sido difundido después de que el cuerpo médico emitiera un comunicado público denunciando las deficiencias del INCOR.

«Esto desencadenó una indignación total en la institución, donde prácticamente el rechazo es masivo a toda la gestión», señaló el vocero médico, quien calificó la situación como un intento claro de desprestigiarlo y silenciar las denuncias legítimas sobre la crisis hospitalaria.

Amenazas, amedrentamiento y chantajes

El presidente del cuerpo médico fue contundente al describir las presiones: «Nos han amenazado, amedrentado y chantajeado» por denunciar que el INCOR no cuenta con los equipos necesarios para operar con seguridad.

Según Abono, la respuesta de la administración del INCOR no fue investigar y resolver las deficiencias denunciadas, sino lanzar una contraofensiva mediática. «Cuando hicimos el comunicado, ellos hacen su comunicado a diestra y siniestra por otros medios, como que desmintiendo nuestras quejas», explicó.

El médico enfatizó que la intención del cuerpo médico era conseguir que se declare en emergencia la institución «porque los pacientes son los que son perjudicados», pero en lugar de atención recibieron represalias.

La crisis que motivó las denuncias

Las amenazas surgieron después de que los médicos hicieran pública una situación alarmante: de 10 ecógrafos disponibles en el INCOR, nueve estarían inoperativos, dejando solo uno funcional para todas las intervenciones quirúrgicas cardíacas.

«Tan es así que los días viernes no podemos operar en sala de operaciones con ecocardiografía porque ese equipo baja a consultorio de ecocardiografía, porque no hay ecocardiógrafos disponibles», explicó Abono, evidenciando la gravedad de la situación que motivó su denuncia pública.

Según el vocero médico, se habrían alquilado cuatro equipos adicionales que no contarían con la tecnología necesaria para los procedimientos especializados. «Ese problema viene de años atrás y ya le hemos dicho al director», aseguró, indicando que las autoridades conocían la situación antes de que se hiciera pública.

Niños en riesgo mientras médicos son intimidados

Mientras los médicos enfrentan amenazas por denunciar, decenas de menores con cardiopatías congénitas permanecerían en lista de espera para procedimientos como la cirugía de Fontan, esencial para niños con afecciones cardíacas graves. Algunos habrían esperado varios años, con el riesgo creciente de que la intervención ya no sea viable para su condición.

La escasez de insumos quirúrgicos sería el principal obstáculo para realizar estas cirugías que salvan vidas, precisamente el problema que los médicos intentaron visibilizar antes de ser amenazados.

Priorización de imagen sobre soluciones

El personal médico denuncia que, en lugar de resolver los problemas operativos urgentes que comprometen vidas humanas, la administración del INCOR estaría priorizando el control de su imagen institucional, incluyendo el uso de tácticas de intimidación contra quienes denuncian.

«Es muy doloroso. El INCOR es el centro de referencia nacional, centro de prestigio nacional, internacional, es el corazón del país. Y que hayamos llegado a esta crisis», reflexionó Abono, evidenciando su frustración ante una situación donde denunciar deficiencias resulta en amenazas en lugar de soluciones.

La situación plantea interrogantes serios sobre la libertad de los profesionales de la salud para señalar problemas que afectan la atención médica sin temor a represalias, y sobre los mecanismos de presión que estarían siendo utilizados para silenciar denuncias legítimas en el sistema de salud pública.

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