China Polo Dominical destapa cómo el dinero público se habría convertido en una mina inagotable para los grandes medios mientras hospitales y escuelas carecen de recursos
Una nueva investigación exclusiva del programa China Polo Dominical revelaría el obsceno manejo del dinero público destinado a publicidad estatal, donde los grandes medios de comunicación habrían recibido millonarias sumas mientras servicios básicos como salud y educación permanecerían desabastecidos.
Según documentos obtenidos del Portal de Transparencia del Ministerio de Economía y registros administrativos oficiales, América Televisión habría acumulado la astronómica cifra de 55 millones de soles en contratos estatales durante los últimos cuatro años y veintiséis días, abarcando desde el gobierno de Pedro Castillo hasta la actual gestión de Dina Boluarte.
El canal, controlado en un 70% por el Grupo El Comercio (familia Miró Quesada) y en un 30% por el Grupo La República (familia Mohme Seminario), habría recibido estos fondos públicos pese a enfrentar una sostenida caída de audiencia en los últimos años, según revelaría la investigación periodística.
Los contratos millonarios del censo 2025
La polémica estallaría tras la revelación del periodista Paulo Bensa sobre una lista de influencers que el INEI habría querido contratar según su plan de medios para promocionar el Censo 2025. Mientras miles de censistas recorren hogares cumpliendo con su labor, China Polo Dominical destaparía hacia dónde habría ido realmente el presupuesto millonario de esta campaña.
ATV habría firmado un contrato por más de tres millones de soles para difundir publicidad de los Censos Nacionales, dinero que no habría fortalecido la logística de los censistas ni mejorado las condiciones en las calles, sino que habría ido directamente a las arcas del canal privado.
Latina también habría sido beneficiada con dos millones de soles bajo el concepto de «contratación del servicio de publicidad en medios de comunicación en televisión nacional para los censos». Panamericana Televisión habría recibido su parte con 1.6 millones de soles por promocionar el censo bajo el mismo esquema burocrático.
El patrón de reparto millonario
Los contratos revelarían un patrón sistemático donde el Estado funcionaría como financista generoso de medios privados. La Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) habría aparecido con el contrato 167-2022 que superaría los cinco millones de soles por concepto de franja electoral, al que se habría sumado otro acuerdo con PromPerú por la campaña publicitaria de Semana Santa, inyectando a América TV más de setecientos mil soles adicionales.
Según la data obtenida del Ministerio de Economía y Finanzas, otros medios también habrían participado de esta millonaria distribución:
- Panamericana Televisión: 13 millones de soles acumulados
- Latina: 14 millones de soles en sus registros administrativos
- RPP: 28 millones de soles, una cifra que «retumbaría como eco en un país con hospitales desabastecidos y escuelas cayéndose a pedazos»
- Willax: Más de tres millones de soles, pese a ser «opositor de oficio a Castillo y Boluarte»
Un caso ilustrativo sería el del Ministerio de Educación, que habría destinado más de un millón de soles a la campaña «Buen Inicio del Año Escolar 2022», eligiendo como vitrina los programas «Sin Medias Tintas», «Edición Matinal» y «Latina Noticias Central», convirtiéndolos en vehículos publicitarios que más que informar habrían terminado «engordando los bolsillos de los grandes canales privados».
El negocio de ATV: de Magaly a JB
En el caso específico de ATV, los contratos revelarían la generosidad estatal hacia la avenida Arequipa 3570. Casi 28 millones de soles de todos los peruanos habrían ido a parar donde Magaly Medina y JB sostienen los programas más vistos de la señal.
El Banco de la Nación habría transferido más de 492 mil soles destinados a publicidad en este canal. Detalles específicos mostrarían que el 29 de octubre de 2021, JB habría recibido 31 mil soles por apenas dos spots, mientras que «Al Estilo Juliana» habría obtenido más de 124 mil soles por ocho spots.
La lluvia de fondos no se habría detenido ahí. Incluso los canales de YouTube de «Al Estilo Juliana», «Andrea» y «Edición Central» habrían sido beneficiados con dinero público, superando los 12 mil soles.
Los medios impresos también en la lista
Los medios impresos tampoco habrían quedado fuera de esta inyección de dinero público. Pese a la crisis del papel y la caída de sus ventas, habrían recibido decenas de contratos que funcionarían como salvavidas para evitar que sus finanzas se hundieran.
El Grupo El Comercio, considerado «buque insignia de la prensa escrita en el Perú», habría recibido más de siete millones de soles del llamado «gobierno de lápiz». Gustavo Mohme, con el diario La República, también se habría «sentado en la mesa del festín», recibiendo nueve millones de soles en contratos estatales.
El propio Banco de la Nación habría transferido al Grupo La República más de cien mil soles para que sus páginas se convirtieran en vitrinas publicitarias de la entidad. El desglose exhibiría la magnitud de este negocio: una media página en La República se habría cobrado a 35 mil soles, en El Popular 27 mil soles, entre otros diarios del conglomerado.
Advertencias sobre instrumentalización
Expertos consultados por China Polo Dominical advertirían que «lamentablemente no habría ningún control» y esto se habría mostrado «en los múltiples escándalos de direccionamiento de la publicidad estatal en función de los intereses del gobierno».
Según estas fuentes, se habría visto «cómo se habría cambiado inclusive la línea editorial de varios medios de comunicación en función de los beneficios que obtendrían a través de la publicidad estatal», por lo que «esto debería regularse».
Las autoridades en diferentes niveles de gobierno habrían utilizado «la publicidad estatal como una moneda de cambio» para «acotar la libertad de expresión» o «favorecer intereses particulares de algún medio de comunicación».
La investigación concluiría que «no sería inversión, sería derroche; no sería información, sería un subsidio disfrazado». Por consecuencia, lo que debería haber sería «mayor transparencia, una regulación adecuada y evitar la utilización y la instrumentalización de la publicidad estatal como un mecanismo de coerción contra el periodismo que denuncia».
El programa China Polo Dominical demanda que «bastaría de este festín millonario con dinero público» y urge «una ley de publicidad estatal que imponga límites y transparencia, porque informar no puede seguir siendo el pretexto para enriquecer a unos pocos».