Choque frontal entre Inca Rail y Peru Rail deja más de 15 heridos y evidencia años de decisiones políticas irresponsables que pondrían en riesgo el estatus de Maravilla del Mundo
Un grave accidente ferroviario sacudió la ruta hacia Machu Picchu este martes 30 de diciembre, cuando dos trenes de las empresas Inca Rail y Peru Rail colisionaron frontalmente en el sector Qorihuayrachina-Retamal (kilómetro 88-89), dejando más de 15 personas heridas, entre ellas dos con lesiones graves. Este hecho no sería casualidad: sería la consecuencia directa del caos administrativo, político y de gestión que envuelve al principal destino turístico del país desde hace meses.
La situación habría escalado al punto de que la organización New7Wonders habría puesto en cuestionamiento si Machu Picchu debería seguir ostentando el título de Maravilla del Mundo Moderno. El representante oficial de la organización en Perú, Juan César Zubiate Paredes, habría sido contundente: «Machu Picchu sí, realmente está al borde de perder esa categoría como Maravilla del Mundo. Repito, no es broma».

Los responsables políticos: años de decisiones equivocadas
El caos actual en Machu Picchu no habría caído del cielo. Sería el resultado de años de decisiones políticas irresponsables y luchas de poder que habrían puesto los intereses particulares por encima del bien común.
Verónica Mendoza: la lucha contra lo privado que terminó en caos
La excandidata presidencial Verónica Mendoza habría sido una de las voces más fuertes contra la participación de empresas privadas en la gestión de Machu Picchu. En enero de 2024, habría declarado públicamente: «Este gobierno está promoviendo la destrucción de nuestro patrimonio cultural. Pretende lotizar sitios arqueológicos y regalarle MILLONES de soles a Joinnus (Credicorp) con el pretexto de la venta de boletos».
Su campaña habría buscado impedir que empresas privadas manejaran la venta de tickets a Machu Picchu, argumentando que el Estado debía tener control directo. Sin embargo, lo que en teoría sonaba como una medida de protección habría terminado en el desastre: corrupción desenfrenada, caos administrativo, sobreventa de tickets, reventa ilegal y pérdida de millones de soles habrían sido las consecuencias inmediatas.
La Contraloría General habría detectado recientemente un perjuicio económico de más de S/ 3.6 millones por fallas en el sistema de venta de boletos, además de identificar presunta responsabilidad civil y administrativa en nueve funcionarios del Ministerio de Cultura. Pero eso sería solo la punta del iceberg.
Ruth Luque: la congresista que cuestionó pero no solucionó
La congresista Ruth Luque (Cambio Democrático) también habría sido protagonista en esta crisis. En enero de 2024 habría presentado una moción de interpelación contra la entonces ministra de Cultura Leslie Urteaga por el contrato con Joinnus para la venta virtual de entradas.
Luque habría denunciado que se habría otorgado una contratación de S/36,000 anuales, pero que luego, vía adenda, se habría establecido que Joinnus recibiría 3.9% por cada boleto vendido, beneficiándose con aproximadamente S/ 10 millones. Habría calificado esto como una transgresión al principio de transparencia.
Sin embargo, su oposición tampoco habría ofrecido una solución real. El resultado habría sido el mismo: bloqueos, protestas, caos en la venta de tickets y turistas varados. La crítica sin propuesta habría sido tan dañina como la mala gestión.
Rafael López Aliaga: el monopolio ferroviario que colapsó
Y aquí aparece otro nombre clave: Rafael López Aliaga, actual alcalde de Lima y dueño de PeruRail, la empresa que mantendría el monopolio del transporte ferroviario hacia Machu Picchu desde 1999.
López Aliaga habría recibido la concesión durante el gobierno de Alberto Fujimori y habría luchado durante décadas para mantener su posición dominante. Indecopi habría multado a PeruRail en 2010 con S/ 2.4 millones por actuar «abusivamente» contra otras empresas interesadas en participar en el transporte ferroviario. La empresa habría dilatado, encarecido y evitado la competencia poniendo trabas de todo tipo.
En 2009, cuatro parlamentarios de su partido habrían presentado incluso un proyecto de ley para impedir la modificación de contratos y retirar del mercado a las empresas competidoras Inca Rail y Andean Railways. La Comisión de Ética habría abierto una investigación, pero nada habría cambiado sustancialmente.
Hoy, el accidente entre los trenes de PeruRail e Inca Rail habría evidenciado lo que muchos temían: el sistema estaría saturado, colapsado y sin capacidad de respuesta adecuada ante emergencias. El monopolio habría cobrado su precio.
Durante la campaña electoral de 2021, la propia Verónica Mendoza habría señalado: «Corrupción también es cuando un gobierno antipatriota como el de la década de los 2000 entrega un monopolio, como, por ejemplo, el monopolio del tren a Machu Picchu al señor [Rafael] López Aliaga».
El caos administrativo: cuando todos son responsables, nadie lo es
Pero los políticos no serían los únicos responsables. El caos administrativo habría alcanzado niveles alarmantes:
- Mafias de revendedores habrían capturado el sistema de venta presencial de 1,000 boletos diarios
- Prácticas ilegales dentro de Machu Picchu permitirían reingresos no autorizados
- Fallas tecnológicas constantes en la plataforma de venta online
- Corrupción en la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco
- Falta de coordinación entre el Ministerio de Cultura, Mincetur, Ministerio del Ambiente y gobierno regional
El propio ministro de Cultura, Alfredo Luna Briceño, habría reconocido recientemente: «Cinco mil personas que están ahí, hay una que está volviendo a ingresar por otro lado». Una admisión pública de que el control habría sido un desastre.
La advertencia internacional: el reloj corre
La organización New7Wonders habría emitido un comunicado el 13 de septiembre de 2025 desde Zúrich, Suiza, alertando sobre la situación crítica de Machu Picchu. El documento habría sido contundente: «La permanencia justificable y creíble de Machu Picchu como una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo depende de una acción urgente del Estado peruano».
Entre los principales cuestionamientos figurarían:
- Presión turística excesiva: Más de 1.5 millones de visitantes anuales con picos de 5,600 diarios
- Venta irregular de boletos: Denuncias de estafas, sobreventa y reventa
- Deficiencias en servicios turísticos: Largas colas, maltrato al visitante
- Conflictos sociales recurrentes: Bloqueos, paros, enfrentamientos
- Falta de transparencia: En concesiones de buses, trenes y servicios
El director general de New7Wonders visitaría el país el próximo 14 de enero de 2026 para evaluar personalmente la situación. Ese sería el plazo límite para demostrar cambios reales. Sin embargo, más de tres meses después del primer comunicado, el Estado peruano no habría dado una respuesta formal.
Las consecuencias económicas: miles de millones en juego
Si Perú pierde el estatus de Machu Picchu como Maravilla del Mundo, las consecuencias serían devastadoras:
- Pérdida de miles de millones de soles anuales provenientes del turismo
- Caída drástica en las visitas internacionales: El 60% de la economía de Cusco depende del turismo
- Pérdidas diarias de US$ 3 millones durante conflictos
- Afectación a miles de familias: Hoteles, restaurantes, guías, transportistas
- Daño irreparable a la imagen del país como destino turístico
La Asociación Peruana de Operadores de Turismo (Apotur) habría estimado que por cada visitante perdido se dejarían de percibir alrededor de US$ 1,000 en divisas, proyectando una caída superior a US$ 40 millones en 2025.
La razón sería simple pero contundente: la gente quiere visitar una Maravilla del Mundo. Sin ese título, el atractivo disminuiría drásticamente.
El accidente de hoy: la gota que derramó el vaso
El choque frontal de hoy entre los trenes de Inca Rail y Peru Rail habría ocurrido alrededor de las 13:40 horas en el kilómetro 88-89 de la vía férrea, en el sector Qorihuayrachina-Retamal. Según información preliminar, habrían resultado heridas más de 15 personas, con al menos dos presentando lesiones graves.
Las causas del accidente aún estarían en investigación, pero testimonios de pasajeros habrían señalado que minutos antes del choque, el tren de Inca Rail habría tenido que detenerse porque turistas habrían bloqueado la vía férrea buscando subir sin boletos. Una vez despejada la vía, se habría producido el impacto.
Este incidente habría evidenciado múltiples problemas:
- Saturación del servicio ferroviario
- Falta de coordinación entre operadores
- Turistas desesperados por acceder sin sistema claro de venta
- Ausencia de protocolos adecuados de emergencia
- Vulnerabilidad de la única ruta de acceso
El tránsito ferroviario habría quedado interrumpido, generando nuevas cancelaciones y afectaciones para turistas que tenían programado visitar Machu Picchu.
La prensa internacional: el mundo nos mira
La crisis no habría pasado desapercibida. Medios internacionales de primer nivel habrían dedicado extensas coberturas al caos en Machu Picchu:
- CNN habría advertido que Machu Picchu estaría en riesgo de perder su «credibilidad» como Maravilla del Mundo
- Bloomberg habría destacado las pérdidas millonarias y la falta de transparencia en concesiones
- El País de España habría publicado una extensa crónica sobre cómo el caos amenaza el estatus del santuario
- Travel and Tour World ya habría incluido a Machu Picchu en su lista de destinos «que ya no valen la pena visitar»
La coincidencia entre las coberturas sería clara: Machu Picchu atravesaría una de sus peores crisis de imagen en décadas.
¿Quién pagará los platos rotos?
Mientras políticos como Verónica Mendoza y Ruth Luque habrían criticado desde la tribuna, mientras Rafael López Aliaga habría mantenido su monopolio ferroviario, mientras funcionarios corruptos habrían robado millones, el pueblo peruano sería quien pagaría las consecuencias.
Miles de familias en Cusco que viven del turismo verían sus ingresos desaparecer. Millones de peruanos verían cómo uno de sus símbolos de identidad nacional se desmorona por la incapacidad política y administrativa.
El gobernador regional de Cusco, Werner Salcedo, lo habría resumido con crudeza: «No podemos permitir que decisiones mal tomadas afecten a miles de familias». Pero las decisiones ya habrían sido tomadas. Y las consecuencias ya estarían aquí.
El llamado urgente: actuar o perder todo
La exministra de Comercio Exterior y Turismo, Mara Seminario, habría expresado su «indignación, pena y vergüenza» ante la situación: «Ese título no fue un regalo. Fue el resultado de una movilización nacional histórica. Hoy, ese símbolo está en riesgo, y por responsabilidad nuestra».
El tiempo se habría agotado. En menos de dos semanas llegarían los veedores internacionales. El accidente de hoy habría sido la evidencia final de que el sistema está roto.
La pregunta ya no sería si hay responsables políticos, sino cuánto daño más están dispuestos a hacerle al país antes de que alguien asuma las consecuencias.
Machu Picchu no sería solo una ciudadela. Sería una de las fuentes de ingreso más grandes del turismo nacional. Y hoy estaría colgando de un hilo por culpa de quienes debieron protegerla.


