Arriola habla de un 23% menos de denuncias, pero ¿será que la gente ya no denuncia por miedo o desconfianza?
Señores y señoras, aquí les traemos una noticia que les va a hacer pensar dos veces antes de creerle al gobierno. El Comandante General de la Policía Nacional del Perú, Óscar Arriola, habría salido con bombo y platillo a presentar cifras que pintarían un panorama «alentador» sobre la seguridad durante el estado de emergencia. Pero, ¿será verdad o solo maquillaje estadístico?
Arriola sostiene que en los 66 días de estado de emergencia —desde el 22 de octubre— se habrían registrado 1,756 denuncias por extorsión, mientras que en un periodo equivalente anterior (del 17 de agosto al 21 de octubre) habrían sido 2,363. Matemáticamente, esto representaría una caída del 23%. Pero atención, porque aquí viene lo que nadie se atreve a decir: ¿y si la gente simplemente dejó de denunciar porque perdió la fe en las autoridades?
Los comerciantes ya no denuncian porque saben que no pasa nada. Las familias ya no acuden a las comisarías porque temen represalias de las mafias. Los transportistas prefieren pagar el cupo en silencio antes que exponerse. Entonces, señores, ¿realmente bajaron las extorsiones o solo bajaron las denuncias?
Los números bonitos que no cuadran con la realidad
El Comandante también habría sacado a relucir cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), que mostrarían que la victimización habría pasado de 27.1% a 25.1% entre enero y septiembre de 2025. Una reducción de dos puntos porcentuales que presentarían como un gran logro.
Pero mientras Arriola muestra gráficos y porcentajes, en las calles de Lima y Callao la historia es otra. Negocios que cierran porque no pueden seguir pagando a las mafias. Taxistas y mototaxistas que son asesinados por negarse a entregar dinero. Familias enteras que viven aterrorizadas por llamadas de extorsión.
Arriola también habría querido desacreditar otras fuentes de información. Según él, el Sistema Informático Nacional de Defunciones (SINADEF) no sería confiable para medir criminalidad porque incluiría accidentes de tránsito y laborales. ¿Será que quieren descartar cualquier dato que contradiga su versión oficial?
El «gran plan» que ya conocemos
Como si todo esto fuera poco, el Comandante habría anunciado con gran fanfarria que el gobierno de José Jerí estaría por lanzar el Plan Nacional de Seguridad Ciudadana, que presentarían como «el gran legado» de esta administración. ¿Les suena familiar? Cuántos planes más vamos a escuchar antes de ver resultados reales.
Este plan, según Arriola, se enfocaría en sicariato y extorsiones, y se basaría en la teoría de las «ventanas rotas» y el llamado «plan Bratton», pero adaptado con tecnología moderna. Bonitas palabras, señores, pero el pueblo ya está cansado de teorías y promesas.
La pregunta incómoda que nadie responde
Aquí la pregunta que esta boca hace sin miedo: Si realmente las extorsiones habrían bajado un 23%, ¿por qué los ciudadanos no lo sienten? ¿Por qué el terror sigue dominando en los mercados, en el transporte público, en los barrios?
¿Será que las cifras están maquilladas? ¿Será que están midiendo mal? ¿O será que simplemente están tratando de vendernos una mejora que no existe para salvar la imagen de un gobierno que se va?
Mientras las autoridades celebran sus estadísticas en oficinas cómodas, el pueblo peruano sigue viviendo con miedo. Comerciantes que pagan cupos todas las semanas, transportistas que son amenazados diariamente, familias que no duermen tranquilas.
Esta boca no la calla nadie para decir la verdad que duele: las cifras pueden decir lo que sea, pero la realidad en las calles de Lima y Callao es que la inseguridad está peor que nunca. Y ningún porcentaje bonito va a cambiar eso mientras las mafias sigan operando con total impunidad.


