Entre lágrimas confesó todo: «Sí, lo sé. Me arrepentí de hacer esto»
Una empresaria trujillana vivió semanas de terror absoluto. Su teléfono se convirtió en el instrumento de tortura psicológica que utilizó Diana Mabel, una joven de apenas 20 años conocida como «Muñeca Mabel», para extorsionarla con la exigencia de diez mil soles. La amenaza era clara y directa: o pagaba, o ella y su familia sufrirían las consecuencias.
La víctima no cedió ante el terror. Denunció inmediatamente a la Policía Nacional del Perú, desatando un operativo que terminó con la captura de la extorsionadora en pleno centro de Trujillo. En ese momento, los agentes recuperaron cinco teléfonos celulares que la joven utilizaba para ejecutar sus amenazas.
«Sí, lo sé. Me arrepentí»
Las imágenes del interrogatorio muestran a Diana Mabel llorando, intentando justificar lo injustificable. Los agentes fueron directos: «La estás extorsionando. ¿Sabes que estás haciendo las cosas malas?». La respuesta de la joven fue contundente: «Sí. Sí, lo sé».
Durante el interrogatorio, la capturada admitió cada uno de los cargos. Cuando le preguntaron cómo intimidaba a su víctima, respondió sin rodeos: «Mensajes. Con carácter así, para asustarla». También confirmó que efectivamente solicitó dinero a la comerciante.
Entre sollozos, la joven repetía constantemente: «Me arrepentí de hacer esto» y «Porque yo le pedí disculpas a la dueña». Sin embargo, el arrepentimiento llegó demasiado tarde, después de haber causado semanas de angustia a una trabajadora honesta y a su familia.
Una modalidad que crece en La Libertad
La captura de «Muñeca Mabel» destapa una realidad alarmante en Trujillo y toda la región La Libertad: la extorsión a comerciantes se ha disparado en los últimos meses. Pequeños y medianos empresarios reciben constantemente amenazas similares, muchos ceden por miedo y pagan para «proteger» a sus familias.
La Depincri Este de Trujillo ahora investiga si Diana Mabel actuó sola o forma parte de una red criminal más grande. Los cinco celulares incautados están siendo analizados minuciosamente para identificar posibles cómplices y otras víctimas que no se han atrevido a denunciar.
Los investigadores buscan patrones en los mensajes, registros de llamadas y contactos que permitan desmantelar por completo esta modalidad delictiva que tiene contra las cuerdas al sector comercial del norte del país.