PNP captura a pareja que se camuflaba como ambulantes para identificar víctimas y exigirles hasta S/10,000 de cupo
Señores y señoras, les traigo una noticia que demuestra una vez más cómo operan las mafias de la extorsión en nuestro país. La Policía Nacional del Perú ha logrado desarticular una red criminal que habría venido aterrorizando a comerciantes de Lima Norte y del emporio de Gamarra. Dos ciudadanos extranjeros fueron capturados en un inmueble de la urbanización San Hilarión, en San Juan de Lurigancho, tras una operación de inteligencia de la División de Investigación de Extorsiones de la Dirincri.
Todo comenzó cuando un valiente comerciante del distrito de Los Olivos decidió romper el silencio y denunciar las amenazas que venía recibiendo a través de mensajes de WhatsApp. Gracias a su valentía, la Policía pudo rastrear el número telefónico y llegar hasta los presuntos responsables.
El resultado del operativo fue contundente: las autoridades incautaron S/18,000 en efectivo, múltiples teléfonos celulares y decenas de tarjetas SIM que habrían sido utilizadas para contactar y amenazar a las víctimas. Según la investigación preliminar, estos delincuentes exigían una cuota inicial de S/10,000 a los comerciantes, amenazándolos con atentados contra sus negocios si no cumplían con el pago.
El engaño perfecto: ambulantes que eran criminales
Pero lo más indignante de todo esto es la forma en que operaban. El coronel PNP Víctor Revoredo, jefe de la División de Investigación de Extorsiones, reveló que estos individuos se habrían infiltrado en Gamarra haciéndose pasar por vendedores informales. Bajo esta fachada, identificaban a comerciantes prósperos para después convertirlos en sus víctimas.
¿Se dan cuenta de la perversidad del plan? Mientras aparentaban ser trabajadores honestos, en realidad estarían estudiando a quién robarle el dinero que tanto les cuesta ganar a nuestros compatriotas.
Las pruebas que los delatan
Durante las diligencias policiales, los investigadores accedieron al contenido de los teléfonos incautados. Ahí encontraron los mensajes intimidatorios enviados a las víctimas, donde exigían el pago inmediato del dinero. Las amenazas eran directas y específicas: si no pagaban, atentarían contra sus negocios.
La pareja fue trasladada inmediatamente a la sede central de la Dirincri donde continúan las investigaciones. Las autoridades están trabajando para determinar si existen más víctimas que no se han atrevido a denunciar por temor a las represalias. El dinero, los celulares y los chips incautados serán fundamentales para rastrear posibles cómplices y conexiones con otras denuncias similares.
La cara dura de los delincuentes
Y aquí viene lo que más indignación causa: cuando la Policía los interrogó sobre los S/18,000 encontrados en su poder, ¿saben qué respondieron? Que el dinero era «de sus ahorros». ¡De sus ahorros! Como si los peruanos fuéramos tontos.
Ambos negaron tener participación en los hechos y aseguraron desconocer el uso ilícito de sus cuentas bancarias. Sin embargo, las pruebas hablan por sí solas: los mensajes, el dinero, los múltiples chips telefónicos, todo apunta directamente a ellos.
La Policía Nacional continúa con las investigaciones para esclarecer completamente este caso y determinar si esta pareja forma parte de una red criminal más grande que estaría operando en diferentes zonas de Lima Metropolitana.


