Dos hermanos caen en flagrancia: uno salió hace meses de prisión por robo agravado
Señores y señoras, un duro golpe a la criminalidad organizada en plena avenida Javier Prado. La Policía Nacional capturó a dos hermanos que habrían atemorizado a decenas de colectiveros informales, cobrándoles cupos diarios bajo amenazas. Hernán Giovanni González Salas (33) y Jesús Hernán González Salas (28) cayeron en flagrancia cuando extorsionaban a un conductor en una de las rutas más transitadas entre San Isidro y Magdalena.
El operativo de inteligencia de la División Policial Sur 1, en coordinación con la DIRIN, habría documentado durante días las actividades delictivas de estos sujetos que se hacían pasar como «llenadores» o «jaladores» de vehículos, pero en realidad imponían un sistema de terror sobre los trabajadores del volante.
Lo grave del asunto, compatriotas, es que estos delincuentes no solo tenían palabras. Durante la intervención se incautó un revólver Smith & Wesson con tres cartuchos, una granada de guerra tipo piña, dinero en efectivo del cobro de cupos, celulares y una motocicleta lineal que usaban para moverse rápidamente por la zona.
Un grupo de WhatsApp para el terror
¿Pueden creer esto? Los extorsionadores habrían creado un grupo de WhatsApp con sus víctimas para tenerlos «chequeados y mapeados», según reveló el coronel Daniel Jares, jefe de la División Policial Lima Sur 1. Cada colectivero estaba monitoreado: quién pagaba, quién se resistía, cuándo y dónde trabajaban. Un control total sobre estos trabajadores que solo buscan ganarse el pan de cada día honradamente.
«Personal de la División Policial Sur 1, en coordinación con la Dirección de Inteligencia, hemos dado un duro golpe a la criminalidad capturando a dos integrantes de una banda dedicados al delito de extorsión», señaló el coronel Jares.
La presencia de una granada de guerra obligó la intervención inmediata del personal especializado de la UDEX para retirar el explosivo. Este tipo de armamento, señores, no es para asustar: es para matar, para consolidar el control territorial de mafias vinculadas al crimen organizado.
Antecedentes penales que dan miedo
Y aquí viene lo más indignante: Hernán González había salido hace pocos meses del penal de Lurigancho, donde cumplió seis años por robo agravado a mano armada. Apenas recuperó su libertad y ya estaba de vuelta en las calles, pero ahora extorsionando. Su hermano Jesús también registra múltiples denuncias por diversos delitos.
Los agentes de inteligencia registraron en video el momento exacto en que los sospechosos cobraban el cupo a un conductor. Esa evidencia permitió detenerlos inmediatamente sin resistencia. «Estos sujetos han sido intervenidos en flagrancia delictiva, cuando estaban extorsionando», indicó el jefe policial.
El operativo se enmarca en la estrategia policial «50-50», que combina presencia uniformada en puntos críticos con personal de civil en labores de inteligencia. Una estrategia que, como vemos, está dando resultados contra estas mafias que se creen dueñas de las calles.
Compatriotas, esto es solo la punta del iceberg. La avenida Javier Prado ha sido territorio de estas mafias por años, cobrando cupos a colectiveros que trabajan en rutas informales. Cada detención cuenta, pero la lucha continúa. Esta boca no la calla nadie para denunciar la extorsión que azota a los trabajadores honestos de Lima.


