Caos en transporte público, aeropuertos y hospitales mientras autoridades trabajan para restablecer el suministro
Un apagón eléctrico sin precedentes habría dejado este lunes 28 de abril sin suministro a millones de personas en España, Portugal y partes del sur de Francia, provocando el colapso de infraestructuras clave y generando un caos generalizado en la península ibérica.
Según información preliminar, el corte masivo se habría registrado aproximadamente a las 10:40 de la mañana (hora local), afectando de manera simultánea a toda la red eléctrica de ambos países. Las primeras evaluaciones indicarían que podría tratarse de una «oscilación fuerte» en el sistema, aunque autoridades no descartan otras causas.
La empresa Red Eléctrica española informó a través de su cuenta en la red social X que se habrían «activado planes de reposición del suministro eléctrico en colaboración con las empresas del sector» tras la caída total de tensión ocurrida en el sistema peninsular. Horas después, la compañía habría comenzado a «recuperar tensión por el norte y sur peninsular».
El primer ministro de Portugal, Luis Montenegro, habría declarado que el corte probablemente se originó en España, señalando que «todo indica» que el problema no se habría iniciado en territorio portugués. Por su parte, Antonio Costa, presidente del Consejo Europeo, habría descartado preliminarmente un ciberataque como posible causa.
El impacto del apagón habría sido devastador para los sistemas de transporte. En Madrid, el metro suspendió completamente su servicio y se habrían evacuado partes de sus instalaciones. Los semáforos dejaron de funcionar, generando congestión vehicular y situaciones de riesgo en las intersecciones. «Estaba conduciendo y de repente no había semáforos (…) Era una especie de jungla», habría declarado Luis Ibáñez Jiménez a CNN.
Los aeropuertos españoles estarían operando con sistemas eléctricos de contingencia, según Aena, la empresa estatal que gestiona 46 aeropuertos en el país. No obstante, se habrían producido retrasos significativos y restricciones en los vuelos. La aerolínea portuguesa TAP Air Portugal habría recomendado a todos los viajeros evitar acudir al aeropuerto hasta nuevo aviso.
Los servicios ferroviarios también habrían sido severamente afectados. Todos los servicios de tren españoles estarían suspendidos, según informó el Departamento de Infraestructuras Ferroviarias y Tráfico (Adif). El ministro de Transportes de España, Óscar Puente, habría indicado que los trenes de media y larga distancia probablemente no volverían a circular hasta el día siguiente.
En el sector sanitario, el Ministerio de Salud de España aseguró que los hospitales estarían funcionando con sistemas de energía de respaldo. De manera similar, los equipos del Instituto Nacional de Emergencias Médicas (INEM) de Portugal estarían operando con generadores que se habrían activado automáticamente ante la emergencia.
En ambos países, las autoridades habrían convocado reuniones de emergencia para abordar la crisis. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, habría anunciado que el Consejo de Seguridad Nacional convocó una reunión extraordinaria, mientras señalaba que «no hay problemas de seguridad» ni de suministro en los hospitales.
A pesar de los esfuerzos por restablecer el servicio, la Red Eléctrica de España habría calculado que necesitaría entre 6 y 10 horas para recuperar todo el suministro. Mientras tanto, en Portugal, la empresa REN habría informado que se reanudó la producción de electricidad en la central hidroeléctrica de Castelo de Bode y en la termoeléctrica de Tapada do Outeiro, priorizando el abastecimiento a «puntos de consumo prioritarios, como hospitales, fuerzas de seguridad, aeropuertos y vías ferroviarias y carreteras».
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, habría pedido a los ciudadanos que minimicen sus desplazamientos y permanezcan en sus lugares de residencia, instando a mantener las vías de tráfico despejadas para los servicios de emergencia.
Esta situación sin precedentes habría generado también escenas de pánico en supermercados, con gente abasteciéndose de productos básicos ante la incertidumbre sobre la duración del apagón.