MundoEl adíos del papa del pueblo: Francisco parte a los 88 años tras una vida de servicio

Avatar photo Redacción CP21 de abril de 2025

El primer pontífice latinoamericano deja un legado de humildad, cercanía y defensa de los más vulnerables

El papa Francisco habría fallecido este lunes 21 de abril a los 88 años en el Vaticano, dejando un vacío inmenso en millones de católicos alrededor del mundo. Jorge Mario Bergoglio, quien revolucionó la Iglesia Católica con su sencillez y cercanía, dedicó sus últimas fuerzas a lo que más amaba: estar con su gente. Apenas un día antes de su partida, recorrió la Plaza San Pedro en su icónico papamóvil, bendiciendo a los fieles en un último gesto de amor pastoral.
«Lo vivo como puedo», fueron sus últimas palabras a la prensa cuando le preguntaron sobre cómo enfrentaba la Semana Santa con sus problemas de salud. Una respuesta que sintetiza la resiliencia de un hombre que transformó el papado con su estilo directo y su incansable defensa de los marginados.

La batalla final: sus últimos días entre la fragilidad y la fortaleza

Los últimos meses habrían sido especialmente difíciles para el pontífice argentino. Ingresado el 14 de febrero por una grave infección respiratoria, Francisco estuvo hospitalizado durante 38 días. A pesar de su convalecencia «blindada» en la Casa Santa Marta, su residencia vaticana, el Papa habría mantenido algunas audiencias importantes, como la recepción a los reyes británicos Carlos III y Camila el 9 de abril.
Su Domingo de Resurrección sería también su despedida. Con un hilo de voz pero con la determinación que siempre lo caracterizó, Francisco pronunció: «Queridos hermanos y hermanas, feliz Pascua», antes de ceder la palabra al maestro ceremoniero para la lectura de su mensaje pascual. Ese día, sin que nadie lo supiera, unos 50.000 fieles presenciaban su última bendición.

Un corazón en los márgenes: su histórica visita al Perú

En Perú, el paso de Francisco en enero de 2018 marcó un antes y un después. Durante cuatro intensos días, el pontífice recorrió Lima, Trujillo y Puerto Maldonado, dejando un mensaje que resonó profundamente: la fe debe ir de la mano con la justicia social y el cuidado del planeta.

El grito por la Amazonía desde Puerto Maldonado

Con la selva como testigo, Francisco alzó su voz más potente en defensa de quienes han sido históricamente olvidados. «Los pueblos originarios amazónicos nunca han estado tan amenazados en sus territorios como ahora», declaró con firmeza en Puerto Maldonado, enfrentándose directamente a intereses extractivos y políticas que estarían marginando a las comunidades locales.
En un encuentro cargado de simbolismo, el Papa habría recibido coronas de plumas y artesanías de manos de líderes indígenas, quienes vieron en él un aliado fundamental para sus luchas. Su defensa de los pueblos en aislamiento voluntario (PIAV) y su denuncia de la trata de personas que afecta principalmente a mujeres y adolescentes reflejaron su profunda conexión con las realidades más dolorosas de la Amazonía.

El consuelo en Trujillo: abrazando a las víctimas del Niño Costero

El dolor de las familias afectadas por el fenómeno del Niño Costero encontró consuelo en la presencia del pontífice en Trujillo. Desde las playas de Huanchaco, Francisco habría presidido una emotiva misa a la que asistieron más de 200 mil personas, muchas de ellas víctimas que aún no lograban reconstruir sus hogares.
«Así como ellos enfrentaron la tempestad sobre el mar, a ustedes les tocó enfrentar el duro golpe del Niño Costero, cuyas consecuencias dolorosas todavía están presentes en tantas familias», expresó con compasión, mientras recorría zonas devastadas donde las marcas de la tragedia seguían visibles.
En la Plaza de Armas, en un momento que quedaría grabado en la memoria colectiva, coronó a la Virgen de la Puerta, elevando esta devoción regional y acercándose a las tradiciones más profundas del pueblo trujillano.

Lima: el cierre de un viaje inolvidable

La capital peruana vivió con intensidad la despedida del pontífice. El Santuario del Señor de los Milagros, uno de los centros de fe más importantes del país, recibió la visita de Francisco, quien oró junto al entonces cardenal Cipriani ante las reliquias de santos peruanos.
Uno de los momentos más conmovedores ocurrió cuando miles de limeños se agolparon en la Avenida Brasil para ver pasar al Papa en el papamóvil. Entre ellos, una reportera peruana que, quebrada en vivo ante las cámaras, compartió su deseo de pedirle por la salud de sus padres, en un testimonio que reflejó el impacto emocional de su presencia.
La misa en la base aérea Las Palmas, con una multitud que desafió el intenso calor veraniego, habría cerrado con broche de oro una visita que costó al Estado peruano aproximadamente US$11,4 millones, pero que para muchos fieles representó un momento espiritual invaluable.

El legado de un Papa diferente: una Iglesia en las periferias

Francisco no habría sido un pontífice convencional. Desde que salió al balcón de la Basílica de San Pedro por primera vez en 2013 y pidió al pueblo que rezara por él antes de impartir su bendición, dejó claro que su papado sería distinto.
Su opción por hospedarse en la Casa Santa Marta en lugar del Palacio Apostólico, sus llamadas telefónicas sorpresa a personas comunes, sus abrazos a enfermos y desfigurados, y su insistencia en una «Iglesia pobre para los pobres» marcaron un estilo que renovó la imagen del papado.
En Perú, como en tantos otros lugares, Francisco dejó una huella indeleble con su defensa de las causas ambientales, los derechos de los pueblos originarios y su llamado constante a una sociedad más justa y misericordiosa.

La sucesión: el futuro de la Iglesia tras Francisco

Con la sede vacante, la Iglesia Católica se prepara para un nuevo cónclave. Entre los posibles sucesores figurarían nombres como el cardenal filipino Luis Antonio Tagle (67 años), considerado por muchos como el «Francisco de Asia» por su sencillez y cercanía con los pobres; el cardenal ghanés Peter Turkson (76 años), voz importante en temas de justicia social; y el italiano Matteo Zuppi (69 años), conocido por su trabajo con comunidades marginadas.
También sonarían con fuerza el Secretario de Estado vaticano Pietro Parolin (70 años), el español Juan José Omella (77 años) y Luis Francisco Ladaria Ferrer (81 años), aunque la edad de este último podría ser un factor en contra dado el precedente de la renuncia de Benedicto XVI por razones de salud.
El mundo entero aguarda expectante mientras el Colegio Cardenalicio se prepara para elegir al sucesor de un pontífice que, con su estilo cercano y su mensaje de misericordia, transformó la Iglesia Católica del siglo XXI.

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