GeneralesBoluarte habría gastado S/17 millones en autos de lujo para jefes PNP mientras comisarías se caen a pedazos

Avatar photo Redacción CP22 de julio de 2025

Mientras comisarías sufren por falta de patrulleros, la cúpula policial presuntamente se beneficiaría con vehículos de alta gam

El Gobierno de Dina Boluarte habría destinado más de S/17 millones del presupuesto público para la compra de vehículos de alta gama que fueron entregados exclusivamente a altos mandos de la Policía Nacional del Perú (PNP). Entre las unidades adquiridas figurarían ocho camionetas Audi para los tenientes generales, 40 Toyota RAV4 para generales y 120 Toyota Corolla para coroneles.

Según información obtenida por fuentes de comunicaciones, la adquisición habría sido realizada por administración directa y tramitada a través del Sistema Electrónico de Contrataciones del Estado (Seace).

En el caso de las camionetas Audi, la empresa Euroshop se habría adjudicado la venta con un precio de más de S/200 mil por unidad. Las camionetas RAV4 y los Corolla habrían sido adquiridos a Autoespar por montos que superarían los S/131 mil y S/99 mil, respectivamente. El monto total de la compra habría ascendido a S/17.3 millones.

Vehículos de lujo mientras las comisarías sufren abandono

Las normas vigentes permitirían que los altos mandos policiales cuenten con vehículos oficiales para el ejercicio de sus funciones. Sin embargo, la disposición no establecería características ni marcas específicas. A pesar de ello, los modelos elegidos corresponderían a vehículos considerados de lujo, lo que habría generado cuestionamientos sobre el criterio de las autoridades a cargo de la compra, en particular del comandante general Zanabria, quien habría aprobado la entrega de estos automóviles.

La entrega de los vehículos se habría realizado directamente a los beneficiarios. En el caso de Víctor Zanabria, comandante general de la PNP, habría recibido personalmente una de las camionetas Audi. Esta situación habría sido criticada por el exceso en el gasto en medio de una crisis de recursos en muchas dependencias policiales, donde faltarían patrulleros, tecnología e incluso combustible para operativos básicos.

Criterio basado en jerarquía, no en necesidades operativas

El proceso de compra no habría sido licitado como parte de un plan de modernización general de la PNP. Por el contrario, se habría tratado de una adquisición puntual dirigida únicamente al personal de más alto rango. Esta decisión contrastaría con la situación de cientos de comisarías del país que enfrentarían serias carencias de logística, lo que debilitaría las acciones de prevención del delito y la atención a la ciudadanía.

Las camionetas de lujo habrían sido asignadas solo a los tenientes generales, los oficiales de mayor jerarquía. A cada uno le habría sido entregado un Audi Q5 valorizado en más de S/200 mil. El precio superaría por amplio margen el valor de las unidades utilizadas normalmente por otras dependencias policiales. Se trataría de vehículos que incluirían accesorios de confort y alto rendimiento, como tapicería de cuero y pantallas digitales.

El resto de unidades también habrían sido dirigidas exclusivamente a oficiales superiores. Los generales habrían recibido camionetas Toyota RAV4, modelo híbrido, mientras que los coroneles habrían accedido a sedanes Toyota Corolla. Fuentes cercanas al caso destacaron que el criterio de asignación se habría centrado en el rango, sin considerar las necesidades operativas de cada región ni el contexto de criminalidad que afectaría al país.

Duras críticas de expertos y realidad de abandono

El general en retiro José Baella habría cuestionado severamente la compra, calificándola de «falta de criterio». En su opinión, los recursos habrían debido destinarse a reforzar las comisarías y a mejorar la operatividad de las fuerzas del orden. El exoficial habría subrayado que se necesitaría con urgencia mayor inversión en uniformes, patrulleros, combustible y equipos tecnológicos para combatir el crimen.

A lo largo del país, los testimonios de agentes policiales y ciudadanos revelarían una realidad de abandono. Comisarías sin patrulleros operativos, escasez de chalecos antibalas y carencia de computadoras o radios de comunicación serían problemas frecuentes. En ese contexto, la entrega de vehículos de lujo a la cúpula policial habría generado indignación, especialmente en regiones afectadas por la delincuencia.

En regiones como Pomacanchis, en Cusco, habría apenas un patrullero para toda la zona. La misma situación se repetiría en distintas provincias del país. Mientras tanto, los altos mandos de la PNP ahora se movilizarían en vehículos de alta gama financiados con dinero público, en un contexto donde la inseguridad y la desigualdad seguirían en aumento.

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