Decenas de deportistas habrían vivido momentos de pánico cuando estalló el artefacto explosivo en pleno horario de entrenamiento
Una nueva demostración del terror que viven los ciudadanos trabajadores se habría registrado la noche del jueves 14 de agosto en el Callao, cuando presuntos extorsionadores habrían detonado un explosivo al interior de un gimnasio repleto de personas que realizaban sus ejercicios rutinarios.
El atentado habría ocurrido aproximadamente a las 7:30 p.m. en un establecimiento ubicado en la intersección de las avenidas Quilca y Lima, en el distrito de Bocanegra, Callao. Lo más alarmante del caso es que el local estaría funcionando con total normalidad cuando se habría producido la explosión, poniendo en riesgo la vida de decenas de deportistas.
Según fuentes policiales, el propietario del negocio habría sido víctima de constantes amenazas a través de mensajes de texto en los días previos al ataque, lo que sugeriría que se trataría de un caso de extorsión por el cobro de cupo.
Pánico y destrucción tras la explosión
Los testimonios recogidos en el lugar indicarían que un sujeto no identificado habría ingresado al segundo nivel del establecimiento, donde funciona el área de gimnasio, para luego arrojar el artefacto explosivo y huir inmediatamente del lugar.
Vecinos de la zona habrían reportado haber escuchado hasta tres fuertes detonaciones, lo que evidenciaría la potencia del ataque perpetrado por los criminales. El estruendo habría generado pánico no solo entre los usuarios del gimnasio, sino también entre los residentes de la zona.
Afortunadamente, las personas que se encontraban ejercitándose habrían logrado evacuar a tiempo, evitando así víctimas que lamentar. Sin embargo, el equipo de entrenamiento habría quedado completamente destruido por la explosión.
Investigaciones en curso por atentado terrorista
La Policía Nacional del Perú habría iniciado las investigaciones correspondientes, centrándose en el análisis de las cámaras de seguridad de la zona para identificar al o los responsables del ataque, quienes habrían logrado escapar sin ser capturados.
Los daños materiales serían considerables, afectando no solo las máquinas de ejercicio del segundo piso, sino también al restaurante oriental que funciona en la planta baja del mismo inmueble. El propietario, quien tendría más de una década trabajando en el lugar, habría manifestado que es la primera vez que enfrenta una situación de esta magnitud.
La comisaría de Bocanegra habría asumido la investigación del caso, mientras que efectivos de la División de Criminalística habrían procedido con el levantamiento de evidencias en la escena del crimen. Las autoridades no descartarían que este atentado tenga relación directa con las amenazas extorsivas que habría recibido el empresario.