Primer ministro mantiene postura optimista mientras Podemos Perú ya anuncia su voto en contra
Señores, la realidad es clara. El nuevo presidente del Consejo de Ministros, Eduardo Arana, habría mostrado excesiva confianza en sus primeras declaraciones tras asumir el cargo, asegurando que el Congreso respaldará a su gabinete pese al rechazo que ya estaría generando en algunas bancadas. «Tendremos, en su momento, la oportunidad de presentar el plan de este gabinete y expondremos nuestras propuestas ante los congresistas. Nosotros no trabajamos sobre hipótesis; estamos convencidos de que el Congreso nos otorgará la confianza», habría afirmado ante la pregunta de la periodista Cristina Gálvez de La República.
El primer ministro habría anunciado que su gestión se enfocaría en la lucha contra la criminalidad, lo que en realidad contrastaría fuertemente con los resultados del actual gobierno de Boluarte, que ha registrado cifras récord de homicidios vinculados a la delincuencia. «Los ejes centrales del Gobierno serán la lucha por la seguridad ciudadana, el combate a la criminalidad y el fortalecimiento de la economía del país. (…) También impulsaremos la convergencia; este gabinete será de concentración», habría señalado.
Frente a este optimismo, la bancada de Podemos Perú ya habría anunciado que no dará el voto de confianza al gabinete encabezado por Arana. A través de un comunicado en la red social X, el partido sostendría que la administración actual ha demostrado su ineficacia y que el nombramiento de Arana respondería a intereses políticos y no a la búsqueda de soluciones reales. Asimismo, habrían exhortado a otras agrupaciones del Congreso a impulsar la conformación de un gobierno de transición.
Lo que nadie estaría mencionando, señores, es que el nombramiento de Arana como primer ministro ocurriría en medio de graves cuestionamientos en su contra. Arana estaría siendo investigado por el caso Los Cuellos Blancos del Puerto, tras la confirmación del Poder Judicial de una pesquisa por presunto tráfico de influencias. Además, recientemente habría sido blanco de una propuesta de censura promovida por la bancada de Renovación Popular.
A pesar de estas advertencias, Boluarte habría procedido con su designación al frente del Gabinete, aparentemente por falta de opciones viables. La única modificación en el equipo ministerial habría sido precisamente la salida de Arana del Ministerio de Justicia, cartera que ahora estaría en manos de Juan Alcántara, su viceministro y persona cercana al entorno familiar de la mandataria, especialmente a su hermano Nicanor Boluarte.
La realidad, señores, es que la presidenta Boluarte habría desaprovechado la oportunidad de conformar un gabinete con autoridad y capacidad para enfrentar la crisis de inseguridad. En lugar de optar por un equipo firme y preparado para combatir con decisión a las mafias y redes delictivas, habría preferido mantener la continuidad de un gabinete duramente cuestionado, ignorando los pedidos del titular de la Mesa Directiva, Eduardo Salhuana, quien le habría instado a convocar a funcionarios fuera de su círculo más cercano.