Federico Espinoza Ordinola, de 36 años, fue capturado junto a dos cómplices tras engañar a empresas proveedoras del Estado simulando venta de equipos especializados
La Policía Nacional del Perú desarticuló una presunta red criminal liderada por un oficial de la Marina de Guerra que habría defraudado a múltiples empresas proveedoras del Estado por más de medio millón de soles. Los estafadores habrían operado ofreciendo repuestos aeronáuticos de alta especialización, pero al momento de la entrega enviaban cajas llenas de ladrillos y arena.
Federico Espinoza Ordinola (36), oficial de la Marina, fue detenido el pasado viernes 3 de octubre en una intervención policial realizada en el cruce de la avenida Jorge Chávez con la calle Las Higueretas, en el distrito de Surco. Al momento de su captura, Espinoza vestía uniforme de oficial de la Fuerza Aérea del Perú. Junto a él fueron arrestados Stephanie Francesca Ramos Boero (38) y José Antonio Valladares Benavides (48).
La millonaria estafa que engañó al Estado
Según informó la División de Estafas y Otras Defraudaciones (Divieod) de la Policía Nacional, la organización criminal —denominada «Los Falsos de los Repuestos Aeronáuticos»— habría generado pérdidas superiores a los S/500,000 en lo que va del año 2024.
La modalidad de operación era sofisticada: los implicados habrían accedido a registros del Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE) para identificar potenciales víctimas. Una vez seleccionadas las empresas proveedoras, establecían contacto haciéndose pasar por representantes legítimos de compañías reconocidas del sector aeronáutico y de construcción.
Para generar confianza, los estafadores habrían presentado documentación aparentemente auténtica y simulaban ser dueños o agentes autorizados de empresas prestigiosas del rubro. Ofrecían productos especializados en aeronáutica a precios competitivos, logrando que las víctimas realizaran transferencias bancarias millonarias.
El engaño se consumaba cuando, tras recibir los pagos, los delincuentes enviaban paquetes que no contenían los repuestos prometidos, sino ladrillos, arena y otros objetos sin ningún valor comercial. Inmediatamente después, desaparecían sin dejar rastro.
Detención tras inteligencia policial
La captura de los tres sospechosos fue el resultado de un exhaustivo trabajo de seguimiento e inteligencia por parte de la Divieod. Durante la intervención, la Policía incautó cinco teléfonos celulares y un paquete de documentos con sellos que habrían sido falsificados.
Los tres detenidos fueron puestos a disposición de la Fiscalía, que dispuso siete días de detención preliminar mientras se amplían las investigaciones. Según las autoridades, podrían existir más personas involucradas en la red criminal, además de otras empresas afectadas que aún no han presentado denuncias formales.
La Policía Nacional hizo un llamado a los proveedores del Estado para que se mantengan alertas ante este tipo de operaciones fraudulentas y se acerquen a declarar si fueron víctimas de estafas similares.
FAP inicia proceso interno
A través de un comunicado oficial publicado en su cuenta de X (antes Twitter), la Fuerza Aérea del Perú informó que la Inspectoría General ha iniciado un proceso de investigación interna para determinar si existió negligencia administrativa o filtración de información que haya facilitado la actuación del grupo delictivo.
«Se han presentado las denuncias policiales correspondientes en las jurisdicciones de Lima», señaló la FAP en su pronunciamiento, agregando que aplicará «medidas disciplinarias y administrativas severas» si se comprueban responsabilidades internas.
La institución rechazó categóricamente el uso fraudulento de su nombre y uniformes, calificando el hecho como un atentado contra la seguridad y la confianza ciudadana. Asimismo, aseguró su total colaboración con las autoridades para el esclarecimiento de los hechos.
Por su parte, el Ministerio de Defensa confirmó que, paralelamente a las investigaciones penales en curso, se están realizando auditorías internas para identificar posibles fallas en los protocolos de seguridad que podrían haber sido aprovechadas por los delincuentes.
Las investigaciones continúan para determinar la magnitud total de la red criminal y establecer si existen más víctimas y cómplices involucrados en este esquema de defraudación que habría afectado las operaciones de múltiples empresas proveedoras del Estado peruano.