El comunicador, conocido por programas como «Vidas Extremas» y «Diez», deja un legado entre luces y sombras tras perder la batalla contra el cáncer renal que le diagnosticaron en mayo de 2024
El periodismo peruano se vistió de luto este jueves 17 de abril tras confirmarse el fallecimiento de Álamo Pérez Luna a los 61 años. El reconocido comunicador, quien habría estado luchando contra un cáncer renal diagnosticado hace casi un año, dejó una huella tanto por su trayectoria periodística como por las controversias que marcaron su carrera.
Según fuentes cercanas, los restos del periodista estarían siendo velados en el Hospital Edgardo Rebagliati, el mismo centro médico donde estuvo internado en mayo del año pasado cuando anunció públicamente su condición de salud.
«Del 29 de abril a este 18 de mayo he estado internado en el Hosp. Rebagliati. Me descubrieron un tumor maligno (cáncer) en el riñón y lo extirparon. Estoy en reposo absoluto hasta dentro de varias semanas», escribió entonces en su cuenta de X (antes Twitter). Aunque en aquel momento el comunicador mostró optimismo tras la extirpación del tumor, su estado de salud se habría deteriorado en las últimas semanas.
Una carrera entre el periodismo y las controversias
Hijo del poeta Edgardo Pérez Luna y de la actriz Inés Canales, Álamo inició su carrera periodística en 1986 como escritor del suplemento VSD de La República. Su salto a la televisión llegaría en 1995 cuando se unió como reportero a «La Revista Dominical» de América Televisión, bajo la conducción de Nicolás Lúcar.
Durante su etapa en América Televisión, Pérez Luna se destacó por realizar reportajes críticos tanto a empresas como al gobierno de Alberto Fujimori, y es recordado por ser el único periodista que entrevistó voluntariamente juntos a Fujimori y Vladimiro Montesinos en 1999. Sin embargo, su posterior aparición en un «vladivideo» con el asesor Abraham Levy generaría una reestructuración en el equipo periodístico, aunque Pérez Luna permaneció en el canal y logró su propio espacio «Los especiales del domingo».
Su trayectoria continuaría en distintos canales como Canal A, Panamericana Televisión, ATV y finalmente Willax. Entre sus trabajos más recordados se encuentran la dirección de «Reportajes» y «Panorama», la conducción de «Fuego Cruzado», «Vidas Extremas» —un reality de ayuda social que alcanzó 10 puntos de audiencia— y su popular programa «Diez», donde presentaba casos de actualidad y curiosidades.
Polémicas que empañaron su trayectoria
A pesar de sus logros profesionales, la carrera de Pérez Luna estuvo marcada por controversias, particularmente en 2013 cuando fue acusado de presunto acoso a invitadas de su programa «Hasta Mañana» en ATV+. Estos señalamientos habrían provocado la cancelación del espacio.
Según reportes de medios de la época, periodistas como Maribel Toledo-Ocampo denunciaron haber recibido llamadas inapropiadas durante la madrugada cuando ella trabajaba como reportera en «Día D», programa que Pérez Luna producía. Asimismo, se difundieron grabaciones de conversaciones con Shirley Arica, Paula Ávila y Lourdes Sacín que generaron cuestionamientos sobre su conducta.
En su defensa, el periodista alegó que sus conversaciones habían sido «sacadas de contexto» y que se trataba de «bromas» malinterpretadas. «Jamás le ofrecería a una mujer algo a cambio de intimidad, me parecería una bajeza absoluta», declaró entonces a El Comercio.
Pérez Luna reconoció en aquella época haber tenido problemas con el alcohol, pero aseguró que era un asunto «resuelto».
Legado periodístico
Más allá de las controversias, Álamo Pérez Luna deja una huella en el periodismo peruano como uno de los rostros más reconocibles de la televisión entre finales de los años 90 y la primera década de los 2000. Su estilo directo y confrontacional lo convirtió en un referente para toda una generación de televidentes.
En paralelo a su carrera televisiva, Pérez Luna también desarrolló una faceta musical con su banda Feiser desde inicios de los años 80, posteriormente renombrada como Sociedad de Consumo, demostrando su versatilidad más allá del periodismo.
Su fallecimiento deja un vacío en la comunidad periodística peruana y marca el fin de una era para muchos que crecieron viendo sus reportajes y programas en la pantalla chica nacional.